Este personaje casi desconocido se presentó por casualidad como tema de mis relatos. Por una asociación de ideas me vino sólo el nombre a mi memoria, con la sensación de que encerraba una historia curiosa, aunque no podía precisar sus andanzas. Recurrí infructuosamente a la enciclopedia Larousse y terminé cayendo en Internet, como en tantos otros casos. No me defraudó. Tuve que expurgar todo lo evidentemente inverosímil y añadido yendo a los historiadores más o menos contemporáneos y aquí está, doña Locusta la envenenadora.
Claudio |
Muchos de los conflictos o intrigas de la corte se resolvían expeditivamente por puñal o veneno, con lo que la demanda de tóxicos y bebedizos era constante, y su preparación un arte.
Y aquí hace su aparición nuestra protagonista, de nombre Locusta, de origen esclava y de profesión conocedora y proveedora de venenos. Por los azares de su quehacer se encontraba temporariamente bajo custodia en un recinto militar, y allí la descubrió Agripina.
Neron |
hijito Nerón, salteándose las leyes de sucesión, que favorecían a Brfitánico, el verdadero hijo de Claudio.
Todo en marcha. Claudio se sirvió gustosamente de la mortífera vianda, pero posiblemente Locusta no estaba en uno de sus mejores días, porque Claudio sólo fue víctima de “flojera de vientre” o sea una poco imperial diarrea, y dio muestras de mejoría. Cundió entonces la desesperación en los conjurados ¿y si el emperador sobrevivía? Aquí se demostró la ventaja de tener plan B. Extrajo Locusta de sus reservas un veneno potentísimo y Agripina hizo intervenir a Jenofonte, médico imperial el cual, con la excusa de provocarle el vómito para limpiar el estómago, le tocó la garganta con una pluma envenenada. Hasta más ver, Claudio.
No entraré en detalles de cómo Agripina mantuvo apartado a Británico y presentó a Nerón como sucesor legítimo. Lo cierto es que éste asumió el poder y es conocido cómo lo ejerció. Locusta, por supuesto, quedó reservada para futuras operaciones.
A Nerón le encantó la facilidad con que se habían quitado a Claudio de en medio. Tanto es así que apuntó hacia su próximo objetivo. Tanto Británico como muchos cortesanos estaban bastante intrigados por el ascenso de Nerón ¿Qué había sucedido con los derechos de Británico? Final previsible: desempolvaron a Locusta y a trabajar nuevamente.
Primer brebaje: sólo ocasionó una diarrea a Británico. Nerón, ahora al mando de las operaciones, era expeditivo. Nada de plumas envenenadas de emergencia. Hagamos ensayos (método científico, que le dicen).
Como incentivo, azotó a Locusta por inepta. Luego la obligó a preparar en su palacio y delante de él mismo el veneno más activo y rápido que le fuese posible. Lo ensayó en un cabrito, el cual vivió todavía cinco horas; en vista de ello lo hizo fortalecer y concentrar más, tras lo cual se lo
Britannicus |
dio a un cochinillo, que murió en el acto. Mandó entonces llevar el veneno al comedor y darlo a Británico, que comía a su mesa. El joven, apenas probó el veneno cayó revolcándose, diciendo Nerón que se trataba de un ataque de epilepsia, enfermedad que padecía. A la mañana siguiente le hizo sepultar con prisa y sin ninguna ceremonia, en medio de una lluvia torrencial.
En cuanto a Locusta, recibió en premio por su servicio, la impunidad, considerables bienes y hasta discípulos. Fue honrada con un cargo oficial, algo así como “por nombramiento, proveedora oficial de la Casa Julio-Claudiana”
Los autores antiguos atribuyen muchos envenenamientos debidos a los productos de Locusta. Se habla de unos 400, como cifra estimada. El mismo Nerón, cuando años después se le dieron vuelta las cosas y tuvo que huir para evitar ser despedazado, según creía, hizo que Locusta le diese veneno, lo encerró en una caja de oro y marchó a la disparada. En sus correrías, le robaron hasta la caja de los venenos, teniendo que recurrir a un prosaico puñal para quitarse la vida.
Pero tras la caída de Nerón se acabó la suerte de Locusta, ya que el sucesor Galba la acusó de múltiples asesinatos. El castigo fue particularmente salvaje; según Apuleyo, el nuevo emperador ordenó que fuera atada y violada públicamente por una jirafa (un jirafo, claro) amaestrada, para luego ser despedazada por los leones. Personalmente me parece excesivo e injusto. Después de todo, Locusta sólo suministraba los venenos. Lo que hacían con ellos no era cosa suya. Es como si aplicaran el método jirafa al señor Kalashnikov, inventor del mortífero fusil AK47.
Lamento no poder incluir ninguna efigie fidedigna de la señora Locusta. Por motivos comprensibles, no sabemos si era alta, baja, hermosa, fea, bizca u otros datos. Lo único que se sabe de ella es lo que les he contado. Lástima.
Hasta mediados de setiembre. Saludos
2 comentarios:
Muy bueno tu articulo!! En reidad todo tu blog esta excelente!!
Graciaaaas...Me alegra que te haya gustado mi blog.
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