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histonotas: 1/7/08 - 1/8/08

jueves, 31 de julio de 2008

LILITH – A. E. (ANTES DE EVA)



La de Lilith es una extraña historia, o más bien leyenda, cuyo interés radica más que en su personalidad horrenda en el proceso que llevó a su origen.

Como corresponde, en el principio fue el Génesis, primer libro de la Biblia., que trata de la Creación.

Dado que para mucha gente la Biblia es de inspiración divina, cuidadosamente digamos que plantea arduos problemas de interpretación, y que en base a ellos han nacido los mitos.

Veamos lo que nos concierne:

Génesis, 1 – 24: “Dijo todavía Dios (estamos en el sexto día) Produzca la tierra animales vivientes.... reptiles y bestias salvajes..... y vio Dios que lo hecho era bueno. Y por fin dijo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra: y domine a los peces del mar..... 2- 27: Crió, pues, Dios al hombre a imagen y semejanza suya: a imagen de Dios le crió, los crió varón y hembra ….. con lo que de la tarde y de la mañana se formó el dia sexto”

Clarísimo, hasta aquí vamos bien salvo los plurales (¿?) de “hagamos” y “nuestra”. Nótese el orden del sexto día: primero los animales, reptiles y bestias en general y luego el hombre y la mujer. Sin dar nombres. Ni barro, ni costilla. Así nomás.

Ahora pasemos al siguiente capítulo:

Génesis, 2 – 4: “Tal fue el origen del cielo y de la tierra, cuando fueron criados, en aquel dia en que el Señor Dios hizo el cielo y la tierra. Y todas las plantas del campo... y toda la hierba... .Formó, pues, el Señor Dios al hombre del lodo de la tierra, e inspiróle en el rostro un soplo de vida.....

Dijo asimismo el Señor Dios: No es bueno que el hombre esté solo: hagámosle ayuda y compañía semejante a él. Formado, pues, que hubo de la tierra el Señor Dios a todos los animales terrestres y todas las aves del cielo
(Nota: a los animales también los formó de tierra, igual que al hombre, y después de haber creado a Adán), los trajo a Adán .....mas no se hallaba para Adán ayuda o compañía a él semejante. Por lo tanto, el Señor Dios hizo caer sobre Adán un profundo sueño, y mientras estaba dormido le quitó una de las costillas y llenó de carne aquel vacío. Y de la costilla aquella que había sacado de Adán formó el Señor Dios una mujer, la cual puso delante de Adán”

Perdón por toda esta cita, pero era indispensable. Además, contribuye a la cultura general. ¿Se imaginaban que había dos relatos distintos de la creación del hombre? En la primera narración, primero se crean los animales y, en el mismo día (el sexto), el hombre y la mujer, juntos. En la segunda, nada de los seis días ni del descanso del séptimo: primero fue creado Adán con barro y soplo, después los animales y, en vista de que ningún animal le gustaba a Adán como compañía, Dios creó a la mujer, que después recibió el nombre de Eva, la de la famosa manzana. (Si a Adán le hubiera gustado algún animal cuando Dios se los puso por delante, chau Eva. Quién sabe qué engendros seríamos ahora).

A partir de esta indeterminación comenzó el delirio de las interpretaciones.

Empezaron los judíos, exasperantemente inquisitivos. En sus análisis letra por letra de la Torá (cinco primeros libros del Antiguo Testamento, también llamados Pentateuco) tuvieron que justificar esa doble creación, y supusieron que al comienzo Adán fue creado junto con una mujer (la primera mujer) pero que ésta no fue Eva. Eva fue creada más tarde. Entonces: ¿quién fue la primera mujer y por qué desapareció del escenario? Cuando nació Eva, costilla mediante, Adán ¿era viudo o separado?. Porque soltero no era….

Y aquí surge Lilith, como por arte de magia, obligada por las circunstancias.

La leyenda de Lilith como primera mujer de Adán aparece por primera vez allá por el siglo X. El nombre lo tomaron los estudiosos de la Cabala (y lo hicieron constar en el Talmud, libro que registra la tradición oral) de otro capítulo de la Biblia, también oscuro :

Isaias, 34 – 14 «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso»
(En algunas versiones de la Biblia, se reemplaza este nombre maldito por “lechuza” u otros parecidos).

Por algún motivo, los cabalistas dieron ese nombre a la primera mujer de Adán, y tejieron una siniestra historia sobre este personaje.

Todo empezó con un simple desacuerdo conyugal. No habiendo asistido Adán y Lilith a cursos de educación sexual prematrimonial, hacían el amor en la forma más sencilla, con Adán yaciendo encima de Lilith. Ësta se cansó de la monotonía y la tomó por el lado del feminismo: “Adán, esto no marcha. Yo fui creada igual que vos; no tengo por qué hacer el amor siempre abajo tuyo. Además, estás engordando y me dejas las costillas rotas. Hagámoslo al revés. Ponte debajo.” Adán, ni hablar. Eso de que Lilith manejara la situación le resultaba intolerable. La discusión se hizo pelea (estoy dramatizando el diálogo; la leyenda no registra qué se dijeron; simplemente registra el desacuerdo) hasta que Lilith, furiosa, pronunció el nombre secreto de Dios e inmediatamente le crecieron alas, las que aprovechó para desaparecer.

Frente a un flagrante caso de abandono del hogar conyugal, Adán se fue a quejar a Dios: “¡Qué mujer me diste, Señor! Esto no es ni ayuda ni compañía. A la menor discusión doméstica, se le suben los humos a la cabeza y se va del cuarto, dejándome más solo que en el día de la madre. Si no vuelve, prefiero a la oveja, que al menos es mansita”.

De inmediato Dios envió a los ángeles Sdenoy, Sansenoy y Semangelof (¿ángeles rusos?) a recuperar a Lilith. La encontraron cerca del mar Rojo, en Egipto, una región abundante en demonios lascivos a quienes ya había dado descendientes demoníacos al ritmo de cien por dia. (¡Vaya con Lilith y su kama sutra!).

“Volvé con Adán inmediatamente – dijeron los ángeles – o te ahogamos aquí mismo”

Responió Lilith “Cómo podría volver a Adán y vivir como una honesta ama de casa después de estas vacaciones en el mar Rojo con mis demonios?” (Honesta ama de casa: ¡qué caradura!)

Para arreglar el entuerto, Dios tuvo que crear a otra mujer, Eva, esta vez de la costilla de Adán (algunas tradiciones dicen que de la cola, que Adán tenía y que desde entonces la humanidad no posee) con lo que fue más sumisa y sin las pretensiones de Lilith.

Mientras tanto, allá en el mar Rojo. Lilith se volvió cada vez más demoníaca, y desde entonces adquirió poder para beber la sangre y devorar a los recién nacidos varones hasta los ocho dias de vida, y de las niñas hasta los veinte dias. Sin embargo, si los niños lucían algún amuleto con los nombres de los tres ángeles, Lilith quedaba paralizada. Se puede considerar entonces a Lilith como el primer vampiro, siglos antes que Drácula.

Con el tiempo la leyenda se fue enriqueciendo y volviendo más siniestra. Dios la condenó a comer cada día cien de sus hijos demonios, pero diariamente ella engendra otros cien, con lo que la cantidad de demonios no disminuye.

Con su insaciable lujuria, Lilith acostumbra atacar y seducir a hombres que duerman solos en una habitación (a algunos hombres eso no les molesta, más bien les gusta).

Siempre según las tradiciones judías, todo espejo es una puerta al otro mundo y conduce directamente a la cueva donde vive Lilith, por eso se dice que Lilith hace de cada espejo su hogar.

Se cuenta que una hermosa joven acostumbraba a admirarse frente a un espejo en su habitación, pero allí vivía Lilith observando cada movimiento de la joven. Esperó pacientemente hasta que un día nefasto salió del espejo y tomó posesión de la joven, entrando a través de sus ojos. Así resultó que la muchacha, incitada por los lujuriosos deseos de Lilith, comenzó a rondar a los varones de la vecindad. La leyenda no dice cómo terminó. Con suerte, tal vez se casó con alguno de ellos

Por pura casualidad, Lilith escapó de la muerte y perdurará eternamente, porque obviamente no estaba en el paraíso el famoso día de la manzana, y por lo tanto no le llegó la maldición de muerte de Dios a Adán, Eva y sus descendientes. Excepcionalmente, esta vez Lilith no tuvo nada que ver. En su sangrienta dieta no entraban las manzanas.

Para no aburrir, omito todo lo referente a Lilith como ser mitológico antes del judaísmo. Se la encuentra en Sumeria y en la Mesopotamia, por ejemplo, tan mala como siempre.

Finalmente, aún cuando Lilith ha sido demonizada por la primitiva literatura judía como un símbolo de promiscuidad y desobediencia, muchas modernas feministas la ven como una figura positiva, un modelo de mujer que proclamó su igualdad con el hombre. (No entiendo cómo llegaron a esto, Puede ser por lo de la famosa posición inferior en situaciones amatorias. Si es así, realmente, tanto escándalo por eso.....)

Como siempre, la brevedad me lleva a omitir muchas “travesuras” de Lilith, pero les aseguro que esta chica era realmente mala. Comenzó con una pavada, y vean dónde terminó. No sean entonces demasiado intransigentes con las posiciones, chicas.

Volveremos a encontrarnos el 15 de agosto con algo más alegre y, si es posible, histórico.











Hasta entonces

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martes, 15 de julio de 2008

CLEOPATRA Y SUS MUCHACHOS: III - OCTAVIO EL INDIFERENTE
























Sola en Alejandría, Cleopatra debió haber meditado. Sin duda traía la desgracia a sus amantes: a Julio Cesar lo habían asesinado, y Marco Antonio, derrotado por las fuerzas de Octavio, se había suicidado no hacía mucho. Ahora se anunciaba el arribo de Octavio: ¿qué se propondría este hombre?

Por de pronto, Cleopatra comenzó a documentarse sobre su vencedor y próximo visitante.

Era Octavio un tipo astuto, fríamente cruel y completamente embustero. También tenía evidentemente grandes proyectos sobre sí mismo, y los estaba cumpliendo con exactitud alemana, aunque todavía los alemanes estaban en borrador.

Desde muy joven, acompañó a Julio Cesar, su tío abuelo, quien a su muerte lo designó, sorprendentemente, como heredero. Esto despertó la oposición de muchos que se creían con derechos, con la consiguiente guerra civil. A la fecha, ésta ya se había definido con el triunfo de Octavio.

En lo personal, era bastante impenetrable. Públicamente se decía muy respetuoso de los dioses, con un sentido moral elevado, lo que no le había impedido ser implacable en la guerra civil, mandar asesinar fríamente a enemigos políticos, difundir sin vacilar calumnias venenosas sobre sus adversarios, fraguar documentos y demás hazañas.

Se había casado dos veces: de la primera esposa se divorció por motivos políticos, y de la segunda, con quien tuvo una hija (que con los años resultó ser una loca total, “la viuda alegre de Roma”) se divorció a su vez con la curiosa excusa de que “le resultaba molesta”. Por lo menos en esto fue franco y directo.

A la sazón disfrutaba (¿?) de su tercera esposa, Livia, una mujer hermosa, dura, ambiciosa y sin escrúpulos. Cuando Octavio la conoció, Livia estaba casada, tenía un hijo y estaba encinta de cinco meses, pero la dama calculó el futuro político de Octavio y convenció al buenazo de su marido de que se divorciara y se casó nomás con Octavio, con embarazo ajeno y todo. Después se dijo como burla que “a los hombres de suerte les nacen hijos a los cuatro meses”. Por si les interesa, a esos humoristas no les fue nada bien.

Todo esto le pasó a Octavio ¡antes de cumplir treinta años! Y ahora se dirigía a Alejandría para arreglar las cosas de Egipto, o sea para destronar a Cleopatra y anexarse el país.

Como prioridad, Octavio iba tras el tesoro de Cleopatra, o sea de Egipto. Lo necesitaba imperiosamente para pagarse la fiesta del triunfo (que daba por descontado) en Roma y para pagar a sus soldados. En segundo lugar, quería a Cleopatra vivita y coleando para exhibirla como principal atracción en el grandioso desfile triunfal, pero Cleopatra se había recluido en su mausoleo, con un puñal a mano y la puerta cerrada. Lo del puñal lo resolvió entreteniendo a Cleopatra con simulacros de negociación, mientras un secuaz entraba por la ventana, la desarmaba rápidamente y la convertía en prisionera vigilada.

Dispuesta a dar pelea, Cleo se declara en huelga de hambre. Octavio, todo un caballero, la amenaza con encarcelar a sus hijos y llevárselos a Roma. Viendo peligrar la dinastía (no olvidemos que Cleopatra, por sobre todo, era una patriota, a condición de que ella fuese la dueña de la patria), como último recurso pidió a Octavio una entrevista. El viejo truco de la alfombra (Julio Cesar) o el disfraz de Afrodita (Marco Antonio) Por de pronto, se hizo pintar los párpados superiores de azul y los inferiores de verde (última moda), se ciñó la diadema de faraón y se cubrió con vestidos de transparente lino real. ¿Qué diablura se le ocurrirá ahora? Nunca lo sabremos, porque Octavio no quiso saber nada de entrevistas (se la veía venir). Permítanme suponer que la trató de vieja loca pintada, o algo así
Cleo se sintió defraudada en su seducción y frustrada como mujer irresistible (claro, ya andaba por lo 40 años y a Octavio no le costó mucho decirle no, gracias). Creo que esto fue lo que le dolió más a Cleo. Además se negaba a ser arrastrada en un triunfo (se lo habían hecho a la hermana y no le gustó nada lo que vio) y tampoco confiaba en las promesas de Octavio, y hacía bien, porque Octavio no pensaba cumplirlas, estoy seguro, conociendo al sujeto.

La única opción honorable era suicidarse en defensa propia. ¿Cómo hacerlo? Ahí empieza la leyenda, o sea la verdad sospechosa.

La versión oficial es que encargó a una de sus esclavas que le trajera una cesta con higos y, dentro de ella, escondiera una víbora muy venenosa, presumiblemente una cobra. Pregunta: ¿cómo hizo la pobre esclava para conseguir en el día una cobra (por muchas que haya, no se encuentran en cada esquina) meterla dentro de una cesta con higos y conseguir que se quede quieta, sin ir mordiendo a la gente con la que se cruzaban? Luego una vez frente a Cleo (que estaba vigilada) ésta, según parece, dijo: “tengo ganas de comerme un higo”, metió la mano en la canasta, agarró la víbora y se la aplicó al pecho (que presumiblemente estaría desnudo).- Ahí la víbora se despertó y mordió. Otra opción, más verosímil, es que al agarrar a la víbora ésta la mordió en el brazo. ¿Habrá sido un accidente? ¿Se le habrá ocurrido a Cleo sólo juguetear con alguna víbora para entretener el encierro o para llamar a Octavio y tirarle la víbora? ¿Habrá querido realmente comer un higo y se olvidó de la cobra? Nunca lo sabremos. Como detalle delicado, le mandó una nota a Octavio diciendo: “Me maté. Te arruiné el triunfo, estúpido, ja ja.”

Aquí conviene hablar de las representaciones gráficas del evento. En todas las que pude encontrar (ver ejemplo) la representan como una virgen en el éxtasis del martirio, y sabe Dios que de virgen no tenía nada, y no me la imagino en éxtasis. Prefiero imaginarla serena, desafiante, y transmitiéndole a Octavio: “a ver cómo me llevas a Roma ahora…”

Octavio se volvió loco. ¡Se le escapaba el número central de su triunfo! Y: ¿cómo convencer a la bruja de Livia de su inocencia? Pese a su furia, y a pedido de la finada, Octavio accedió a que la enterraran en un mausoleo junto a Marco Antonio. Quizás a este crápula le agarró remordimiento. Si fue así le duró poco, porque ipso facto hizo liquidar a:

- Cesarion, a la sazón de 15 años, hijo de Cleopatra y Julio Cesar (no quería un candidato a Cesar hereditario) Su comentario fue:”Demasiados Cesares” (textual, no es invento)


- El hijo mayor de Marco Antonio con su primera mujer (motivo desconocido)

Y con la conciencia tranquila de quien ha cumplido con su deber con aquellos infanticidios, se puso de nuevo al trabajo. Se declaró faraón, se embolsó el inmenso tesoro y se volvió tranquilo a Roma.

Como broche final, hizo destruir todas las estatuas de Marco Antonio que había en Roma. Pensaba hacer lo mismo con las de Cleopatra en Alejandría, pero un amigo de la occisa lo convenció de que las dejara en paz, con el simple cambio de manos de 2000 talentos (una suma enorme, aproximadamente 800 millones de dolares)

De los hijos de Antonio y Cleopatra se ocupó la repudiada ex esposa de Antonio, y con el tiempo la hija se casó con un rey moro. Del hijo no se supo nada más. Se sospecha un “accidente” fatal.

La peor venganza sobre Cleopatra la tomó el tiempo. Reina absoluta desde su niñez, vencedora de intrigas mortales, déspota, amante de los dos hombres más poderosos del mundo y finalmente muerta con honor, terminó en manos de una multitud de pigmeos publicitarios que la convirtieron en alimento para la masa descerebrada. Si llega a ver el anuncio de la derecha se mata de nuevo, tal vez con un cocodrilo.

Y con este final feliz nos apartamos de Cleopatra. Como vieron, no fue ninguna “mujer fatal” y usó más su inteligencia que su cuerpo. Al revés de lo que hacen muchas celebridades hoy en día.

Para quienes quieran enterarse de más detalles, con el rigor histórico que se puede obtener después de todos estos siglos, les recomiendo una visita a:

www.egipto.com/nefera/accio.html





Nos veremos a fin de julio. Hasta entonces

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