Tratábase de señoritas de moral elástica, obviamente hermosas pero, a diferencia de nuestras “modelos” contemporáneas, de gran cultura e inteligencia.
De ellas dijo Demóstenes 'Nosotros tenemos compañeras (hetairas) para la voluptuosidad del alma y prostitutas para la satisfacción de los sentidos; mujeres legítimas para darnos hijos de nuestra sangre y llevar nuestras casas...”. Un equilibrio perfecto
Ni soñar en clasificarlas como prostitutas comunes (que también las había, una clase aparte, las Πόρνου), aunque no eran nada reprimidas sexualmente. Usualmente se las encontraba en compañía de exitosos políticos, cotizados artistas….bah, como siempre.
Una de las más famosa hetairas, Friné se dedicó al rubro artístico. Pintores y escultores. Época de efervescencia artística en Atenas, había pintores y escultores por todas partes. Friné no careció de clientes por un largo período.
En realidad, Friné era un apodo. Su verdadero nombre era Mnêsaretế, que significa 'conmemoradora de la virtud'. Frecuentemente los padres son singularmente ciegos al dar nombres a sus hijos. En este caso, el nombre original fue totalmente inadecuado.
Ateneo, el famoso gramático griego, escribió en su momento sobre Friné: "Era bella sobre todo en aquello que no se ve'. Y es que difícilmente podía vérsela en los baños públicos y solamente una vez en las fiestas de los misterios de Eleusis se bañó desnuda en el mar y luego, a la vista de todos los asistentes, salió de las aguas. La leyenda dice que el pintor clásico Apeles se encontraba allí en ese momento (casualmente, supongo) y se inspiró en Friné para su 'Afrodita Anadiómena', es decir, su Afrodita saliendo de las aguas.
Sirvió de modelo al escultor Praxíteles, el más famoso y cotizado de la Grecia clásica, e inevitablemente terminó siendo su amante. El escultor pensó que con eso se ahorraba los honorarios de modelo, pero calculó mal. En una oportunidad Praxíteles quiso retribuir sus “servicios” regalándole una de sus estatuas, a elección. Friné no sabía nada de escultura, pero ideó una trama. Sobornó a un esclavo para que entrara despavorido gritando: “¡¡¡se incendia el taller!!!” Praxíteles exclamó: “¡¡salven al Eros!!” Así supo Friné cuál era la estatua más valiosa y, por supuesto, eligió el Eros. Más que inteligente, la fulana era astuta.
Pese a todos sus méritos, Friné pasó a la posteridad gracias a su abogado. Sucede que tanto le llenaron la cabeza a la niña que empezó a comparar su belleza con la de Afrodita. Las autoridades se enteraron y le sacudieron una acusación por impiedad. En esos tiempos, eso era cosa muy seria, que le podía costar una condena a muerte. Praxíteles contrató a Hipérides, famoso abogado y orador. De nada le valió su elocuencia al defensor; los jueces no estaban nada convencidos. Hipérides, buen observador, notó que los magistrados pedían la cabeza de Friné, pero también ansiaban el resto de su anatomía, bien viva si era posible. En consecuencia, el hábil abogado argumentó que sería un crimen privar al mundo de una belleza incomparable como la de su defendida, y ahí mismo le sacó la túnica de un tirón. Gritos y aplausos en las tribunas y miradas nostálgicas y soñadoras de los ancianos jueces. Obviamente, fue absuelta. No se mencionan los honorarios del abogado, pero podemos imaginarlos.
Esto ocurrió aproximadamente en el año 300 A.C. y reafirma la idea de que para una mujer muchas veces basta con desnudarse para hacerse famosa. Friné hizo escuela por siglos.
Y con esta visión lasciva los dejo hasta fines de febrero. Como vieron, fui breve. No hay de qué.
2 comentarios:
Gracias por este blog. Soy aficionada a la historia y me gusta "curiosear" y conocer algo mejor la historia de manera amena.
Si me permites, me gustaría invitarte a conocer la colección Breve Historia, tiene títulos muy interesantes y amenos.
Te dejo link de su facebook por si te apetece echar un vistazo.
Un saludo,
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Encantado, Belén, por tu visita y por los consejos. No sólo brevehistoria, sino Euroresidentes. A ambos les eché un vistazo previo y me gustaron mucho. Los leeré a fondo. Un abrazo
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