Como sin duda saben, y es obvio, el imperio romano cayó. Empezó a decaer, a decaer… y se derrumbó.
Claro, transcurrrieron once siglos desde la creación de Roma hasta su caída en poder de los bárbaros, lo que es bastante para cualquier imperio, pero lo inevitable se habría retrasado notablemente si no hubiese sido por la ayuda que le proporcionaron una serie de pésimos gobiernos, (como nos está pasando a muchos de nosotros) personificados por emperadores más locos que liebres.
Es difícil, tal vez imposible, determinar quién fue el peor emperador, la cosa es muy reñida, pero sin duda uno de los peores fue nuestro amigo Cayo…….etc, Caligula.
Dos observaciones: en primer lugar no se engañen por el nombre; este sujeto no era descendiente, del famoso Julio Cesar. Con mucho optimismo, era pariente remotamente político. Consanguinidad, nada en absoluto. Llegó al poder por una serie de adopciones, de ahí su nombre. En segundo lugar, aunque se lo conoce por Caligula, éste es sólo un sobrenombre. De chiquito su padre lo llevaba a los campamentos, donde era como una mascota, y los soldados, que lo adoraban, le confeccionaron una pequeñas botas militares. Las botas se llamaban caligas, de donde al niño lo llamaban Caligula (algo así como “botitas”). El apodo le quedó y se hizo nombre. Como usualmente sucede, Calígula odiaba este sobrenombre. Mientras vivió, nadie se animó, so pena de vida, a llamarlo así.
Claro, transcurrrieron once siglos desde la creación de Roma hasta su caída en poder de los bárbaros, lo que es bastante para cualquier imperio, pero lo inevitable se habría retrasado notablemente si no hubiese sido por la ayuda que le proporcionaron una serie de pésimos gobiernos, (como nos está pasando a muchos de nosotros) personificados por emperadores más locos que liebres.
Es difícil, tal vez imposible, determinar quién fue el peor emperador, la cosa es muy reñida, pero sin duda uno de los peores fue nuestro amigo Cayo…….etc, Caligula.
Dos observaciones: en primer lugar no se engañen por el nombre; este sujeto no era descendiente, del famoso Julio Cesar. Con mucho optimismo, era pariente remotamente político. Consanguinidad, nada en absoluto. Llegó al poder por una serie de adopciones, de ahí su nombre. En segundo lugar, aunque se lo conoce por Caligula, éste es sólo un sobrenombre. De chiquito su padre lo llevaba a los campamentos, donde era como una mascota, y los soldados, que lo adoraban, le confeccionaron una pequeñas botas militares. Las botas se llamaban caligas, de donde al niño lo llamaban Caligula (algo así como “botitas”). El apodo le quedó y se hizo nombre. Como usualmente sucede, Calígula odiaba este sobrenombre. Mientras vivió, nadie se animó, so pena de vida, a llamarlo así.
Este niño fue adoptado como heredero del imperio por su tío, Tiberio, a quien agradeció el favor haciéndolo ahogar con una almohada mientras se recuperaba de un infarto.No fue una gran pérdida. Tiberio era un viejo degenerado, pero así y todo…..
La cosa pasó desapercibida, Calígula era el favorito del ejército y del pueblo, fue aclamado entusiastamente en su ascensión al imperio, a los 25 años, y nadie sospechó nada, ni siquiera cuando falleció misteriosamente asesinado el co-emperador que Tiberio había designado cuando empezó a sospechar de Calígula. Por qué Tiberio no se deshizo de su querido sobrino cuando aún era tiempo, es un misterio. Tiberio tenía esas cosas.
Calígula empezó a gobernar en el año 37 dC y lo hizo bastante bien (durante unos meses) hasta que se quitó la máscara. Dicen los bienpensados que se transtornó a raíz de una fiebre cerebral que sufrió por esos días, pero no lo creo. Calígula ya venía transtornado desde chico.
Para empezar, se le dio la manía de creerse dios, igual o superior a Jupiter, con quien sostenía discusiones y amenazaba con derribarle las estatuas. Exigió a sus cortesanos que se postraran y al pueblo a que lo adorara, para lo que hizo construir estatuas de oro con sus rasgos. Como los truenos eran el atributo de Jupiter, las noches de tormenta tenía crisis de terror, y se escondía bajo el lecho con la cabeza envuelta .
Ya que era dios le pareció natural imitar a los faraones, también dioses, y proclamó la divinidad de sus tres hermanas. En realidad, con las hermanas estaba manteniendo relaciones sexuales desde hacía varios años (cuando les digo que ya venía con el cerebro averiado…), pero prefería a una de ellas, Julia Drusila, con la que se desposó, al estilo egipcio. Después la repudió. También comenzó a vestir al estilo oriental, con túnicas de seda multicolores, joyas y cosméticos.
La manía egipcia tuvo un resultado que aún nos aflige. Un día se le ocurrió hacer traer de Egipto un gigantesco obelisco, que instaló en un circo a un costo monumental. El obelisco se alza hoy en medio de la plaza de San Pedro, en el Vaticano, y sus imitaciones proliferaron por le mundo. Cuando vean uno de esos adefesios, acuérdense de Calígula.
Luego ocurrió lo del famoso caballo. Calígula era fanático de las carreras de caballos, lo que en sí no representa nada demasiado malo ni insólito, pero en él todo tomaba un aspecto maníaco. A su mejor caballo (se llamaba Incitato, el animal) le construyó caballerizas de màrmol y un pesebre de marfil, le colocaba mantas de seda y adornos de piedras preciosas, y en la víspera de las carreras distribuía soldados en las calles cercanas a la caballeriza para que silenciaran a palos a los peatones, no fuera que perturbaran el descanso del caballo. En contra de lo que dicen los actuales divulgadores históricos, no nombró cónsul (la más alta magistratura de los romanos) a Incitato sino que, según Suetonio, se dice que pensó en hacerlo, pero lo disuadieron. Incitato debería ser muy bueno como caballo, pero como cónsul no creo que descollara, aunque tal vez no se notaría, en vista del nivel de sumisión de los cónsules bajo el mandato de Calígula. El hecho es que Roma se perdió un magistrado de cuatro patas.
Para ese entonces, algunos senadores intentaron hacerlo entrar en razón. Coherente, Calígula comenzó a ejecutar senadores. Ya había comenzado con los que lo ayudaron a escalar el poder, pero ahora descubrió el lado redituable: obligaba a ricos magistrados a demostrar su adhesión haciendo testamento, por supuesto a favor de Calígula. Hecho esto, los hacía asesinar en secreto o les enviaba pasteles envenenados. En algunos casos, sin duda para su secreta diversión, días después del asesinato los citaba a su presencia, y se indignaba cuando no aparecían.
Siempre necesitado de fondos para sus despilfarros, se le ocurrió establecer un prostíbulo en un ala de su palacio. Como elenco estable, obligaba a damas de la corte a atender a los clientes. Ëstas obedecían ya sea por temor, por caer bien al emperador, o simplemente porque les gustaba (supongo). Sus hermanas figuraban entre las atracciones (entre paréntesis, la menor de las hermanas, Agripina, más tarde se casó y fue madre de Neron. Vaya familia) En cuanto a los clientes, también en forma compulsiva debían pagar sumas enormes por los servicios de la casa, sumas que iban a parar a los bolsillos de Calígula, que además se divertía a su manera.
Hay muchísimo más para contar, todo delirante. Hablaba solo, hacía muecas frente al espejo, se dedicaba por igual a muchachos que a chicas, etc, etc. Si les interesa, léanlo en “Los doce césares” de Suetonio. A mí no me creerían.
Con el pueblo procedía de manera semejante; como ejemplo, ocasionalmente cargaba de impuestos a los alimentos o impedía su llegada a Roma, con lo que la gente se moría de hambre, y Calígula de risa.
Con lo dicho se darán cuenta que el senado ya se estaba arrepintiendo de su entusiasmo por el originalmente popular emperador.
Tanto hizo este hombre que comenzaron las conjuras para terminar con esa pesadilla. Las primeras fracasaron, con la consabida eliminación de los implicados, reales o supuestos. En una de ellas participó la familia; fue ejecutado un cuñado y desterradas dos hermanas (sus ex amantes, ¿recuerdan?).
Inevitablemente, una conspiración tuvo éxito. Casio Querea, comandante de la guardia, un día dijo basta. Hay dos versiones: una dice que fue por motivos políticos, porque Querea proyectaba restablecer la república. La otra se remite a motivos personales; por algún motivo Calígula se divertía haciendo la vida imposible a Querea. Lo trataba de afeminado y le daba nombres obscenos y ridículos. Harto, el viejo soldado reunió a un grupo de camaradas que procedieron expeditivamente: se apostaron en un corredor por donde tenía que pasar Calígula y le obsequiaron treinta puñaladas. Había reinado cuatro años.
La guardia del emperador no llegó a tiempo, pero cumplieron con lo que consideraban su deber matando a conspiradores, senadores y magistrados que encontraron en la zona y a público en general indiscriminadamente.
Querea y los conjurados que quedaban vivos se desquitaron apuñalando a la mujer de Calígula y rompiendo contra una pared la cabeza de la hija. Costumbres de la época.
Final: la guardia imperial, desconcertada, encontró casualmente a Claudio, tío de Calígula, escondido entre las cortinas de palacio, muerto de miedo. Como era el pariente más cercano con vida, lo proclamaron emperador pese a sus protestas. Fue el primer emperador en ser impuesto por el ejército, cosa que después se hizo costumbre. Hay costumbres que perduran hasta nuestros días.
Observación al pie: habrán notado aquí varios bustos de Calígula, algunos de su época (siglo I). En general, se lo ve bastante aceptable, pero leamos la descripción que hace Suetonio de su aspecto:
“Era Calígula de elevada estatura, pálido y grueso; tenía las piernas y el cuello muy delgados, los ojos hundidos, deprimidas las sienes, la frente ancha y abultada, escasos cabellos, con la parte superior de la cabeza enteramente calva.”
¿Quién miente? (Suetonio escribió 80 años después de la muerte de Calígula, en la misma época que el busto del siglo I)
Dejemos que Roma se las arregle con Claudio y sus sucesores, y esperemos dos semanas, hasta el 31 de agosto, en que nos encontraremos con otro personaje, no romano sino….ya veré.
4 comentarios:
Amigo Silverolus:
Por algún oscuro motivo electrónico, no puedo ingresar comentarios en tu página.
Quierodecirteque tu blog es uy ameno y bien escrito y, como nobleza obliga, ya lo he incluido en mis favoritos.
Un abrazo
en realidad la madre de calígula era agripina la menor, hija de agripa y julia, julia era hija de octavio augusto, el emperaror. Éste era hijo por parte de madre de Atia Balba, hija a su vez de otra julia, hermana de Cayo Julio César. No se si me explico. Se que es un follón, pero despacio se entiende. El caso es que octavio era sobrino nieto de Julio César, y fue adoptado por él en su testamento. Y como he explicado, calígula era bisnieto de octavio, por tanto sí que existía consanguineidad, que aunque lejana, en una familia devastada por las intrigas ya suponía mucho.
Para mí calígula no estaba loco, sería lo que llamaría "un auténtico hijo de la gran puta", pero sabía muy bien lo que se hacía. Se cuenta también que un día en el circo mandó arrojar a las fieras a todos los espectadores que fueran calvos.
¡Son formas de ver la vida!
muy interesante el blog, me gustan tmb mucho esa forma de ver la historia através de las anécdotas.
un saludo!
me gusto bastante tu sitio, me gustaria seguir leyendo tu trabajo, a mi me interesa la historia de las logias que se originaron a partir de los poderes imperiales, algunas de ellas aun hoy manejan los hilos del poder a nivel global ny me agradaria conocer tu enfoque y si tienes alguna informacion sobre el tema.
otra vez sigue adelante tu blog es muy bueno.
Amigo Mario:
Las logias secretas, por su naturaleza, se prestan a todo tipo de suposiciones más o menos (generalmente menos) fundadas. Más aún si hablamos de logias originadas hace 2000 años.
Realmente, no puedo hablarte con fundamento de alguna que exista en la actualidad, y menos que maneje los hilos del poder mundial, lo que, con la complejidad del mundo actual, me parece poco verosímil.
Tal vez peque de escéptico, pero me suena a novelesco.
Muchas gracias por tu opinión. Continúa con tus comentarios.
Un abrazo
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