La Cuarta Cruzada
Los consabidos barones, señores y caballeros, ahora con la excusa de que Jerusalén estaba de nuevo en manos musulmanas, prepararon otra expedición, pero era tan grande que no tenían buques para llevar la gente, los caballos, las máquinas de guerra, etc. Los venecianos eran los únicos que sí tenían, pero no daban nada gratis. Fieles a su fama de astutos comerciantes, pidieron tal alquiler por las embarcaciones que cortaba el aliento. Los jefes de los cruzados
Los consabidos barones, señores y caballeros, ahora con la excusa de que Jerusalén estaba de nuevo en manos musulmanas, prepararon otra expedición, pero era tan grande que no tenían buques para llevar la gente, los caballos, las máquinas de guerra, etc. Los venecianos eran los únicos que sí tenían, pero no daban nada gratis. Fieles a su fama de astutos comerciantes, pidieron tal alquiler por las embarcaciones que cortaba el aliento. Los jefes de los cruzados
dijeron que sí, que podían pagarlo rascando el fondo de sus faltriqueras (o sea billeteras, bah!). Después se recuperarían en Jerusalén, calculaban. Pero lo cierto es que llegó la fecha y no pudieron reunir todo el dinero.
Los venecianos tenían los barcos listos, así que recordando que un par de ciudades hacía tiempo que no les pagaban los impuestos, propusieron a los cruzados que ya que iban de paso enseñaran a las ciudades morosas quién era el amo. Claro, las ciudades eran cristianas, y ellos habían salido a combatir contra infieles, pero luego de algunas discusiones consideraron que ya habían ido demasiado lejos como para volverse y aceptaron.
Los venecianos tenían los barcos listos, así que recordando que un par de ciudades hacía tiempo que no les pagaban los impuestos, propusieron a los cruzados que ya que iban de paso enseñaran a las ciudades morosas quién era el amo. Claro, las ciudades eran cristianas, y ellos habían salido a combatir contra infieles, pero luego de algunas discusiones consideraron que ya habían ido demasiado lejos como para volverse y aceptaron.
Salieron. En varias naves iba un contingente veneciano, para poner un ojo sobre sus aliados (los conocían) encabezado por el Dux (primer magistrado) de Venecia, un señor de noventa años, y ciego por añadidura. Eso sí, más vivo que el hambre.
Partida de Venecia
Llegó el ejército a su primer destino, se cobró asaltando las ciudades, pero allí el diablo metió la cola.
Se presentó un heredero desposeído del imperio Bizantino pidiendo ayuda a los cruzados para recuperar su imperio atacando a la capital, Constantinopla. Ésta era una ciudad enorme y muy bien defendida, llena de riquezas. Con la experiencia que habían recogido en Venecia, los cruzados repitieron el trato que habían sufrido: ayudarían, pero a cambio de tales condiciones para ellos y para los venecianos que poco iba a quedar del imperio.
Con la soga al cuello, el príncipe aceptó (igual no pensaba pagar) pero los enviados del papa y la poca gente de buena fe que iba en el ejército alzaron una protesta gigantesca. Los bizantinos, aunque griegos y un poco herejes, eran cristianos, y ya no se trataba de una o dos pequeñas ciudades sino de la poderosa cabeza de un gran imperio. Por un lado, surgieron amenazas de excomunión, de retiro de colaboración, de volverse sin pelear, etc, pero por el otro lado hicieron las cuentas y vieron que no era momento para salir con los principios. Todos discutieron durante un tiempo (en mi opinión, para salvar las apariencias) pero al fin allá fueron.
Llegaron frente a Constantinopla, la sitiaron, y luego de algunas escaramuzas el emperador usurpador salió corriendo, llevándose todos los tesoros que pudo cargar. Locos de contentos, los cruzados pretendieron cobrar lo debido, pero empezaron a recibir excusas, y tras largas demoras la situación se agrió. Los jefes cruzados trataron al nuevo emperador de tramposo, pillo y cosas por el estilo, y eso no se hace con el nombrado por Dios. Tuvieron que salir más que corriendo de la ciudad y la volvieron a sitiar. Ahora era diferente: los griegos peleaban en serio porque se jugaban el pescuezo, y los cruzados querían terminar todo drástica y rápidamente. Ya no se trataba de cobrar la deuda, sino de repartirse el imperio bizantino. Se les hacía agua la boca. Pelearon como locos por ambos bandos, pero finalmente ganaron los cruzados y los venecianos. Mataron hasta cansarse, saquearon todo en una escala nunca vista, destrozaron lo que no se pudieron llevar, y de postre incendiaron la mitad de la ciudad (accidentalmente, según dijeron).
Se presentó un heredero desposeído del imperio Bizantino pidiendo ayuda a los cruzados para recuperar su imperio atacando a la capital, Constantinopla. Ésta era una ciudad enorme y muy bien defendida, llena de riquezas. Con la experiencia que habían recogido en Venecia, los cruzados repitieron el trato que habían sufrido: ayudarían, pero a cambio de tales condiciones para ellos y para los venecianos que poco iba a quedar del imperio.
Con la soga al cuello, el príncipe aceptó (igual no pensaba pagar) pero los enviados del papa y la poca gente de buena fe que iba en el ejército alzaron una protesta gigantesca. Los bizantinos, aunque griegos y un poco herejes, eran cristianos, y ya no se trataba de una o dos pequeñas ciudades sino de la poderosa cabeza de un gran imperio. Por un lado, surgieron amenazas de excomunión, de retiro de colaboración, de volverse sin pelear, etc, pero por el otro lado hicieron las cuentas y vieron que no era momento para salir con los principios. Todos discutieron durante un tiempo (en mi opinión, para salvar las apariencias) pero al fin allá fueron.
Llegaron frente a Constantinopla, la sitiaron, y luego de algunas escaramuzas el emperador usurpador salió corriendo, llevándose todos los tesoros que pudo cargar. Locos de contentos, los cruzados pretendieron cobrar lo debido, pero empezaron a recibir excusas, y tras largas demoras la situación se agrió. Los jefes cruzados trataron al nuevo emperador de tramposo, pillo y cosas por el estilo, y eso no se hace con el nombrado por Dios. Tuvieron que salir más que corriendo de la ciudad y la volvieron a sitiar. Ahora era diferente: los griegos peleaban en serio porque se jugaban el pescuezo, y los cruzados querían terminar todo drástica y rápidamente. Ya no se trataba de cobrar la deuda, sino de repartirse el imperio bizantino. Se les hacía agua la boca. Pelearon como locos por ambos bandos, pero finalmente ganaron los cruzados y los venecianos. Mataron hasta cansarse, saquearon todo en una escala nunca vista, destrozaron lo que no se pudieron llevar, y de postre incendiaron la mitad de la ciudad (accidentalmente, según dijeron).
Toma de Constantinopla
Se repartieron el premio, un jefe cruzado fue nombrado emperador, a los demás se les repartieron comarcas enteras, y Constantinopla ya nunca volvió a ser lo que era.
¿Y el sepulcro de Cristo? Bueno, ya se vería, de todas formas no se iba a mover de donde estaba, y en cuanto tuvieran tiempo ya iban a ver los turcos. No tuvieron tiempo. La resistencia fue constante. Los señores fueron perdiendo uno a uno sus reinos y ducados mal habidos, el emperador postizo murió y sólo quedaron algunos que hicieron alianzas con los griegos.
Esta es la hermosa historia de la cuarta cruzada, que fue a rescatar el sepulcro de Cristo y terminó robando y destrozando todas sus reliquias que se conservaban en Constantinopla.
Consideraciones finales
Las demás cruzadas ni merecen conocerse en detalle. Se admite como cantidad “oficial” la de ocho, pero hubo varias expediciones que, por su relativamente poca importancia, no se cuentan. Todas se caracterizaron por la feroz ambición de los pretendidos defensores de Cristo. Hubo mártires valientes y sinceros, sí, pero su sacrificio fue inútil debido a la pésima dirección, falta de colaboración y hasta traición. Finalmente debo mencionar, como caso patético (aunque algunos historiadores opinan que es una fábula), el de un grupo de niños alucinados, neuróticos o mal aconsejados que quisieron hacer su propia cruzada, amparados en su inocencia, virtud y otras yerbas. No lograron nada. Los sobrevivientes a las penalidades fueron vendidos como esclavos por los turcos. Se la llamó la Cruzada de los Niños, pero no fue una cruzada ni nada que se le pareciera.
Balance final, visto desde la perspectiva de los siglos: ¿Qué logró? Los entusiastas hablan del mayor conocimiento entre las dos civilizaciones (para lo que conocieron una de otra, mejor era que siguieran ignorándose), del aporte científico de los sabios musulmanes que se difundió por occidente (los cruzados a los sabios musulmanes ni los vieron, hasta puede que hayan matado a algunos), del freno al poderío del Islam (pero todo siguió tal cual, o peor. Decayó varios siglos más tarde, y por otras causas). Lo único que se logró es un odio profundo entre las dos civilizaciones, odio del que aún hoy estamos sintiendo los efectos.
PD:
Soy conciente de que, para no cansar, omito bastantes hechos y personajes. Esto no pretende ser una historia, sino notas acerca de la misma.
Los hechos relatados son rigurosamente ciertos; la interpretación de los mismos es muy personal, y tal vez algunos no estén de acuerdo. Si estos son mayoría, pido disculpas. Si son una minoría, me alegro.
¿Y el sepulcro de Cristo? Bueno, ya se vería, de todas formas no se iba a mover de donde estaba, y en cuanto tuvieran tiempo ya iban a ver los turcos. No tuvieron tiempo. La resistencia fue constante. Los señores fueron perdiendo uno a uno sus reinos y ducados mal habidos, el emperador postizo murió y sólo quedaron algunos que hicieron alianzas con los griegos.
Esta es la hermosa historia de la cuarta cruzada, que fue a rescatar el sepulcro de Cristo y terminó robando y destrozando todas sus reliquias que se conservaban en Constantinopla.
Consideraciones finales
Las demás cruzadas ni merecen conocerse en detalle. Se admite como cantidad “oficial” la de ocho, pero hubo varias expediciones que, por su relativamente poca importancia, no se cuentan. Todas se caracterizaron por la feroz ambición de los pretendidos defensores de Cristo. Hubo mártires valientes y sinceros, sí, pero su sacrificio fue inútil debido a la pésima dirección, falta de colaboración y hasta traición. Finalmente debo mencionar, como caso patético (aunque algunos historiadores opinan que es una fábula), el de un grupo de niños alucinados, neuróticos o mal aconsejados que quisieron hacer su propia cruzada, amparados en su inocencia, virtud y otras yerbas. No lograron nada. Los sobrevivientes a las penalidades fueron vendidos como esclavos por los turcos. Se la llamó la Cruzada de los Niños, pero no fue una cruzada ni nada que se le pareciera.
Balance final, visto desde la perspectiva de los siglos: ¿Qué logró? Los entusiastas hablan del mayor conocimiento entre las dos civilizaciones (para lo que conocieron una de otra, mejor era que siguieran ignorándose), del aporte científico de los sabios musulmanes que se difundió por occidente (los cruzados a los sabios musulmanes ni los vieron, hasta puede que hayan matado a algunos), del freno al poderío del Islam (pero todo siguió tal cual, o peor. Decayó varios siglos más tarde, y por otras causas). Lo único que se logró es un odio profundo entre las dos civilizaciones, odio del que aún hoy estamos sintiendo los efectos.
PD:
Soy conciente de que, para no cansar, omito bastantes hechos y personajes. Esto no pretende ser una historia, sino notas acerca de la misma.
Los hechos relatados son rigurosamente ciertos; la interpretación de los mismos es muy personal, y tal vez algunos no estén de acuerdo. Si estos son mayoría, pido disculpas. Si son una minoría, me alegro.
Libros sugeridos:
PIERE BARRET/JEAN-NOËL GURGAND: Los torneos de dios (Tres tomos; Novela histórica). Ed. El Ateneo - Biblioteca Atenea.
VILLEHARDOUIN, JOINVILLE Y OTROS: Cronistas medievales franceses. Ed. Centro editor de America Latina.
8 comentarios:
Jorge:
Acabo de leer las tres entradas de las Cruzadas. Me encantó pero...
a) Me pareció incompleta. Despachaste todas las cruzadas en una sola (la cuarta) ¿Y las demás? ¿No tuvieron importancia? ¿No había nada que contar del rey leproso (sí, vi la película)?
b) Muy amena, pero no es historia. Faltan las fuentes, las fechas, etc.
c) ¿No hubo nada rescatable? El panorama es muy negro. Desde ya, la Iglesia se lleva sus "palos" pero eso está de moda.
De todos modos, tu trabajo es meritorio. No parece una simple copia y adaptación, como otros que leí. ¿Con qué temas vas a seguir? ¿Los templarios?
Saludos y éxitos con el blog!!
Jorge,
Estoy en total desacuerdo con que se hable mal de la iglesia de ese modo. La iglesia es una institución respetable y debe ser tratada como tal.
Quiero que fundamentes tus comentarios sobre la iglesia en la historia de un modo mas concreto!
Gracias
Mariano
Andrea:
Gracias por lo que decís, aún por tus críticas constructivas. Te respondo reiterando lo expresado en las presentaciones: no es mi pretensión escribir historia con mayúscula, sino compartir mis conocimientos con un fondo humorístico-irónico. No pretendas fuentes, para eso está la bibliografía.
Sí, las cruzadas fueron mucho más que lo contado, pero no quise hacer un libro, o no pude sintetizar todo el inmenso matrial existente.
En cuanto a la negrura del panorama si, estoy de acuerdo, pero era una época muy negra, y traté de que mis palabras lo reflejaron.
De todos modos, tus palabras me sirven para el futuro.
Un abrazo
Mariano:
En qué lugar hablé mal de la iglesia? Puede inferirse una crítica a Urbano, pero estás confundiendo la persona con la institución (cosa muy común). Si algún dia tengo un ataque de mal humor, voy a decir de la iglesia todo lo bueno y lo malo que merece, eso sí, fundamentado.
Saludos y seguí criticando, que no molesta.
OK.
Gracias Jorge!
Seguiré leyendo tu blog que me resulta muy interesante lo que escribis aunque a veces no este de acuerdo!
Mariano
Que aburrido si siempre estuvieramos de acuerdo con el punto de vista ajeno- de que hablariamos?
De todos modos, "...la iglesia [Catolica] es una institucion respetable"... es una afirmacion que merece examinarse mas de cerca.
Como medimos la "respetabilidad" de una institucion? Autodenominarse los unicos representantes del Ser Divino (el que mas les guste)en la Tierra otorga inmediata respetabilidad? Solo en ese caso afirmativo se sostiene la respetabilidad de la Iglesia.
Si en vez de tomarles la palabra de que todas sus decisiones son sancionadas desde el vamos por el Ser Divino, usamos las acciones de la Iglesia Catolica a lo largo de la historia como instrumento de medida, entonces discrepo con el concepto de una Iglesia Catolica inherentemente respetable.
NOTA PERSONAL:
Dejando la objetividad de lado por un momento, los dejo con tres palabras sobre el tema: Cristian Von Wernich. El ultimo de muchos.
Una consulta a santo de un libro que lei recientemente. Que significa "almojarife"? Y "aljaferia"? Me reconozco corta de vocabulario especifico a la zona y el periodo en el cual transcurria el libro. Aprieciaria el esclarecimiento.
"Admitir ignorancia no deberia avergonzar, porque es el punto de partida a la sabiduria" Yo.
=D
1 comentario acerca del formato del sitio: me gustaria que tuviese un sitio de preguntas y respuestas, asi cada vez que las falencias del sistema educativo argentino me dejen en la estacada, podria recurrir a Histonotas para rellenar el bache en cuestion.
Me ahorraria una de papelones...
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