La historia
Allá por el año 1290 nació en Inglaterra, (según los historiadores, está documentado) en los alrededores de Locksley, en el condado de York, Roberto, Bob o Robin Hood, o Hod, o Hode. En esa época la ortografía era bastante errática.
Su padre era guardabosques, lo que significaba que cuidaba entre otras cosas que los pobres y villanos en general no comieran las piezas de caza destinadas al noble del barrio. Si las cazaban, a la horca y chau.
El susodicho noble de turno era el conde de Lancaster, que tuvo la buena idea de rebelarse, no se sabe con qué fin, contra el rey Eduardo II. Le salió mal la bravata. Lo condenaron por traición y (adivinen) le cortaron la cabeza.
A los Hood, que tuvieron la obligación como vasallos de ayudar a Lancaster, simplemente los proscribieron, o sea que los echaron de su casa y los desterraron.
Robin y señora (en el interin se había casado) se fueron a vivir a los bosques de Barnsdale y Sherwood. Primero se ocultaron para no pagar impuestos, y luego le tomaron gusto a la cosa y asaltaron con entusiasmo a todos los que pasaban cerca de sus bosques. Hay que decir que Robin era un excelente arquero, y como tal había luchado, siguiendo a su desgraciado señor.
Los que tratan de justificar a Robin señalan que lo que robaba a los ricos lo distribuía entre los pobres, un especie de ayuda social autóctona, y eso lo hacía muy popular, sobre todo entre los que recibían el dinero. Los que lo perdían, se enojaban muchísimo, se quejaban al rey y el comercio se volvía peligroso y disminuía. Trataron de reprimirlo, como se dice ahora, pero Robin conocía bien el bosque y ya tenía una respetable tropa de compañeros, de modo que nunca le pudieron echar mano. Aparentemente, la cosa duró como diez años o más. La guerrilla de Robin se alimentaba de los ciervos reales (Hood padre se hubiera indignado) y según las leyendas se divertía burlándose de sus enemigos.
Bastante molesto por la situación el rey decidió tomar cartas en el asunto y se internó en el bosque con un grupo de seguidores. Allí conferenció con Robin y su gente y llegaron a un arreglo: Robin se dejaba de molestar y pasaba a quedar a las órdenes del rey como funcionario a sueldo. (La historia se repite de manera asombrosa. Podría haber ocurrido hoy, y de hecho ocurre),
Aquí Robin desaparece de la historia. Es de imaginar que después de tantos años de vivir en campamento no haya aguantado mucho como burócrata, y además se había creado un montón de enemigos con ganas de desacreditarlo y estropearle la carrera, por lo que se presume que volvió a las andadas en su bosque.
Lo dicho hasta aquí está bastante documentado y coincide con los registros de desplazamientos del rey y con su forma de ser. Con el tiempo, éste terminó muy mal, se casó con una princesa a la que llamaban la loba de Francia (monada de criaturita era) y lo mataron de una forma particularmente desagradable. Era reconocidamente bisexual, por decirlo finamente, y se imaginan lo que le hicieron los bestias de sus nobles rebeldes. Lean la historia, que vale la pena.
No se puede hablar de una sola leyenda. Hay centenares. Un personaje tan popular como lo fue Robin en su tiempo necesariamente dio origen a muchísimas baladas, historias y embellecimientos de la realidad, que por otra parte, debido a lo rudimentario de los medios de comunicación, se deformaba al tansmitirse.
No entraremos en la discutible hipótesis de que la leyenda de Robin refleja un mito pagano relacionado con el espíritu de los bosques. No estoy a la altura de Robert Graves para polemizar. Lo que sí es cierto es que las hazañas de Robin Hood se narran en una serie de baladas que fueron transmitiéndose de forma oral, durante siglos y siglos. La balada es el género medieval de la literatura inglesa equivalente a los romances de nuestra literatura. En ellas se contaban las distintas aventuras de un héroe.
Las baladas son anónimas y fueron concebidas para ser cantadas o recitadas por los juglares. Por eso las baladas presentan diversas versiones sobre un mismo hecho.
En el caso de Robin Hood, sus hazañas se narran en más de treinta baladas. La primera mención de nuestro héroe se encuentra en la obra Piers Plowman, de 1377, en que un personaje declara: “conozco las rimas de Robyn Hood” (sí, con y griega, ya les hablé de la ortografía de la época) sin mencionar su contenido.
Cerca del año 1500, con la invención de la imprenta, comienzan a divulgarse distintas versiones de la historia, notablemente transformadas. Los hechos comunes a todas ellas se refieren a la enemistad entre sajones y normandos. Estos últimos habían invadido Inglaterra en 1066 y sojuzgado a los sajones, menospreciando su nobleza y su lengua.
Allí aparece Robin de Locksley, noble sajón proscripto por los opresores normandos, contra quienes encamina sus fechorías (y sus flechas). Para justificarlas, los normandos son todos muy malvados y los sajones inocentes angelitos. La enemistad entre ellos se complementa con las luchas del pueblo humilde contra la altivez de los nobles. Todos se tenían bronca entre ellos.
Todo esto ocurre por 1160, época de las cruzadas, por lo menos 100 años antes de la existencia documentada de Robin Hood, lo que nos lleva a pensar en una idealización del héroe a través del tiempo.
Una breve síntesis de los elementos comunes a todas las versiones es la siguiente:
El rey Ricardo Corazón de León parte para las cruzadas, dejando como encargado del reino a su hermano Juan sin Tierras. Algo acerca de estos dos personajes:
Ricardo es pintado en las leyendas como un rey bondadoso, fuerte, justiciero, protector de los sajones. Un normando como la gente, casi humano.
Juan es el malo de la historia (No hay más que mirarle la cara. Comparen con Ricardo) Cobarde, falso, ladrón, traicionero y otras lindezas por el estilo. Se lo llamaba “sin tierras” (posteriormente “sin tierra”) porque al ser el menor de ocho hijos del rey anterior no le correspondió ninguna tierra en herencia. La gente, que no lo podía ni ver lo llamó además “Juan espada blanda” aludiendo a sus nulas cualidades guerreras. Ni su padre, en vida, lo quería. Lo trataba de traidor, y lo fue en efecto.
Ricardo, en cambio, no es tan así como lo pintan las leyendas. Se despreocupó totalmente de su reino, se entusiasmó por las justas y los hechos guerreros fuera de Inglaterra y vivió una vida aventurera e insensata. Valiente, fuerte, tan sin escrúpulos como cualquier noble de la época, participó en la cruzada, pactó una tregua con los musulmanes y ... se volvió para pelear en otro lado. Fue tomado prisionero, rescatado, vuelto a Inglaterra por un breve lapso y, antes de morir, perdonó a Juan todas las maldades que le había hecho y lo nombró su sucesor. Hay mucho más sobre Ricardo, que espero contar otro día. También era bisexual.
Durante la ausencia de Ricardo, Robin, caballero de Locksley, por supuesto, sajón, es proscripto por defender a un campesino. Se refugia en el bosque de Sherwood, junto con varios seguidores. Para perjudicar a los normandos injustos, roba en los caminos a todo potentado que cruce el camino que atraviesa el bosque. Caen así abades, obispos, ricos comerciantes normandos, todo en medio de festejos y sana vida campestre. Cazaban sin escrúpulo animales prohibidos, repartían su botín entre los campesinos oprimidos y constituyeron una numerosa y alegre banda. Me imagino que también habría mujeres, si no .......... con Eduardo y Ricardo tenemos suficientes.
No faltan los episodios en que alguno cae prisionero y es liberado por el resto, los malvados al final siempre derrotados y la consabida doncella huérfana (sajona) secuestrada por su tutor (normando) con planes de enriquecerse con su dote, casándola con un amigo rico.
Se entera Robin, asalta el castillo, rescata a la doncella y, como corresponde, se casa con ella. No se dice qué pasó al final con la dote, ¿hizo negocio el muchacho?.
Las cosas se complican por la actividad vengativa de los damnificados, y de repente ...... ¡aparece Ricardo Corazón de León que retorna de incógnito! Respalda a Robin, los enemigos se muerden los puños, lo lleva a la corte con la Sra. Hood y Juan sin Tierra no sabe dónde meterse. Triunfo de los buenos.
Parece que Robin vuelve a ser proscripto a la muerte de Ricardo y la leyenda tradicional termina con su muerte a manos de una monja traidora, que lo desangra. Desangrado y todo, pide a sus amigos que le traigan su arco y acerquen la cama a la ventana. Dispara una flecha a través de la misma y encarga que lo sepulten donde haya caído la flecha. Ahora sí, fin. Se nos murió el héroe.
Hay numerosísimas versiones de esta historia. Se enumeran algunas, para que aprecien la popularidad de la leyenda (fuente: Wikipedia)
Hacia 1377 : Primera mención de Robin (Robyn Hood). Willliam Langland : Pedro el labrador.
Hacia 1450 : Primeras baladas conocidas sobre Robin Hood.
1795 : Primera compilación importante de antiguas baladas. Joseph Ritson : Robin Hood: A Collection of all the Ancient Poems, Songs and Ballads, now extant, relative to that celebrated Outlaw
1819: Primera mención novelística Walter Scott : Ivanhoe. Aunque en la novela se llama Robin de Locksle.
1838 : Primer folletín aparecido en un periódico británico por Pierce Egan the Younger : Robin Hood and Little John o, The Merry Men of Sherwood Forest.
1863: Alejandro Dumas : El Príncipe de los Ladrones y Robin Hood el Proscrito.
1883 : Primer clásico de la literatura infantil. Howard Pyle : Las aventuras de Robin Hood.
1891 : Primera opereta en Estados Unidos. Reginald DeKoven (música) y Harry B. Smith (libreto) : Robin Hood.
1908 : Primera película. Película británica muda realizada por Percy Stow : Robin Hood and His Merry Men.
1936 : Primer dibujo animado en The Toronto Telegram. Ted McCall (escenario) y Charles Snelgrove (dibujos) : Robin Hood and Company.
Robin Hood, de Fabián Araya, 1922, con Douglas Fairbanks.
Robin de los bosques, de William Keighley y Michael Curtiz, 1938, con Errol Flynn.
El bandido del bosque de Sherwood de Henry Levin y George Sherman, 1946 con Russel Hicks
La historia de Robin Hood, de Ken Annakin, 1952, con Richard Todd.
Robin Hood, dibujo animado de Wolfgang Reithman, producido por los estudios Disney, 1973. Los personajes son todos animales, habitando el bosque de Sherwood. Robin es un zorro.
Robin y Marian, de Richard Lester, 1976. Narra el regreso de Robin después de 20 años, con situaciones divertidas y finalmente trágicas. Con Sean Connery y Audrey Hepburn.
Robin Hood, telefilm de John Irwin, con Uma Thurman y Patrick Bergin,1991.
Robin Hood, príncipe de los ladrones, de Kevin Reynolds, con Kevin Costner, 1991.
Las locas locas aventuras de Robin Hood, de Mel Brooks, con Cary Elwes, 1993. Es una parodia de las películas sobre Robin Hood.
Robin Hood, serie de la BBC, 2006
La próxima entrega aparecerá (espero) para fines de enero, y no tengo la menor idea sobre cuál será el tema. ¿Alguien me podría sugerir, con un poco de anticipación? Agradecido.
4 comentarios:
Buenísimo, Jorge. Algo más lento lo de R. Hood que los anteriores, aunque tal vez el tema no diera.
Para alguna próxima, podría ser Cesar o Neron u otro romano, ¿no?
Muy interesante. Saludos!
Agradecido. En dos dias sale Neron.
Robin Hood si en realidad existió fue un monstruo un ídolo ojala hubiera uno así en estos tiempos
Publicar un comentario