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histonotas: LOS TRES MOSQUETEROS - FINAL

miércoles, 2 de enero de 2008

LOS TRES MOSQUETEROS - FINAL

LA NOVELA DE LA NOVELA


Alejandro Dumas (1802 – 1870) fue un prolífico autor de novelas exitosas (algo así como best sellers, pero bien escritos). Los franceses lo adoraron en su época y aún lo evocan con orgullo como una gloria nacional.



Pero todo tiene dos caras. Fue (y es) acusado nada menos que de explotador y de plagiario. Veamos en el caso particular de la serie de Los Tres Mosqueteros hasta qué punto esto es cierto.

Recordemos que Los Tres Mosqueteros fue publicada en 1844, en tres entregas, para generar suspenso, y que esta obra de cuatrocientas páginas tuvo un éxito furibundo e instantáneo. Casi como un Harry Potter de la época.
Lógicamente, enseguida apareció la continuación (Veinte Años Después) y luego la siguiente (El Vizconde de Bragelonne). Las tres fueron resumidas en mis entradas anteriores y constituyen un vistazo atractivo y bastante riguroso de la historia de Francia en el siglo XVII.

Vamos a las acusaciones:

1 – Dumas explotador

Dumas, como muchos escritores de su época (y de la nuestra) se servía de “negros”, o sea quien pone su pluma al servicio de un escritor sin que figure su nombre. La costumbre era aceptada, pero ligeramente vergonzosa. Mejor no enterarse y conservar la ilusión.

El principal de ellos fue Auguste Maquet, humilde profesor de historia con veleidades de escritor. Parece ser que fue un editor, con el fin de aumentar la rentable producción de Dumas, quien puso a ambos en contacto. Rápidamente llegaron a un arreglo: Maquet, gracias a su profesión, aportaba sus conocimientos de historia y sus limitadas dotes de literato proporcionando el marco histórico y un borrador de la trama. Dumas agregaba complementos, escenas románticas y de espadachines, y sobre todo daba forma al texto con su indudable genio literario. El resultado era muy superior al esquema inicial de Maquet.


La cosa funcionó durante unos diez años. Muchos libros, entre ellos El Conde de Montecristo y la serie de Los Tres Mosqueteros, fueron el fruto de esa colaboración. Económicamente también resultó satisfactoria para ambos; Dumas se quedaba con la mayor parte de los derechos, ya que aportaba su prestigio y su estilo maestro y exitoso, y Maquet recibía una compensación más que suficiente, dado el rotundo logro de las obras.

Por otra parte, Dumas no se contentó sólo con Maquet y se llegaron a contabilizar sesenta y tres “negros”, con una “producción” que llegó a ¡setenta obras por año!

Pero llegó un momento en que Maquet se cansó de ser ignorado y quiso participar de la gloria publicando cosas con su nombre. La sociedad se disolvió (mal) y Maquet publicó un panfleto llamado “Alejandro Dumas y Cia, fábrica de novelas”. Fueron a juicio. Los tribunales decidieron que las obras tenían el derecho de publicarse firmadas sólo por Dumas ya que poseían su espíritu, su estilo y su incomparable talento.



Pese a todo, Maquet murió rico porque supo invertir sus considerables ganancias, mientras que Dumas terminó en la pobreza luego de vivir una vida lujosa y derrochadora.

Pregunta: ¿Fue don Alejandro un explotador? Dejo la respuesta a cargo de ustedes.

2 – Dumas plagiario

Monsieur Gatien de Courtilz de Sandras, nacido en 1644 (d’Artagnan había nacido en 1611), revistó como mosquetero, pero renunció para dedicarse a la escritura. Es más o menos como un sargento que deja el ejército y se vuelve escritor; un caso raro. Se radicó en Holanda, y sus libros y panfletos fueron tan escandalosos, que cuando volvió a Francia lo encerraron en la Bastilla.

En su época de militar se había enterado de anécdotas que circulaban en los cuarteles acerca de un mosquetero que, hacía unos veinticinco años, había llegado a alcanzar el título de teniente capitán de los mosqueteros del Rey a través de numerosas aventuras ya deformadas por transmisión oral. Más tarde, como ya vimos, Courtilz estuvo seis años preso en la Bastilla (y luego otros nueve), donde recogió más historias a través de un compañero de d’Artagnan que llegó a ser director de la prisión en esa época. Para completar, Courtilz puso algo de su coleto, inventando sin escrúpulos.
Con todo eso nuestro autor armó unas “Memorias de Monsieur d’Artagnan”, que fueron publicadas en 1700, veintisiete años después de la muerte de su protagonista.

Es curioso porque está escrito en primera persona, alegando Courtilz que transcribió unos supuestos papeles autobiográficos que dejó d’Artagnan. Dada la escandalosa trayectoria literaria de Courtilz puede asegurarse que esta “autobiografía” es un invento.

Transcurre un siglo y medio. Dumas, de paso por Marsella, se encuentra con las Memorias en la biblioteca pública. Le atraen, y pide el libro prestado (nunca lo devolvió, todavía está el registro del préstamo pendiente en la biblioteca).

Este acontecimiento está “embellecido” por Dumas en el prólogo a Los Tres Mosqueteros. Dice allí:

"Hace aproximadamente un año, cuando hacía investigaciones en la Biblioteca Real para mi historia de Luis XIV, di por casualidad con las Memorias del señor D'Artagnan....... El título me sedujo: las llevé a mi casa, con el permiso del señor bibliotecario por supuesto (nota mía: ja, ja), y las devoré."

Aquí viene la duda: ¿habrá intervenido Maquet en el borrador de Los Tres Mosqueteros y de Veinte Años Después plagiando a Courtilz? En ese caso, Dumas sería culpable sólo a medias.

Y, lo más importante de todo: los detractores de Dumas se rasgan las vestiduras frente al “desvergonzado plagio”, a la “fuerte influencia de Courtilz”, a que Dumas “se apoderó del argumento” Bueno, evidentemente muchos critican con la mayor frescura. Les digo que leí el libro de Courtilz (está en Internet) y sólo son iguales los nombres de los mosqueteros y es bastante semejante el primer capítulo. Más adelante, algo de Milady y los nombres de algunos personajes secundarios. De lo demás, nada. Todo de la cosecha de la sociedad Dumas/ Maquet. Es de no creer la ligereza de los “expertos críticos”

Aquí sí me puedo pronunciar: lo del plagio es una patraña.


Con esta reivindicación de Dumas finalizo la “saga” de Los Tres Mosqueteros y sus continuaciones.
Aunque la novela de Alejandro Dumas esté cuajada de inexactitudes y que su d'Artagnan sea desaprensiva y soberbiamente infiel a su modelo, el hecho es que jamás disminuirá la gloria de los tres mosqueteros.
Agradezco a don Alejandro las horas de entretenimiento y la semilla de historia que sembró. Créanme: es la forma más amena de aprender historia. Lamentablemente, sólo de Francia y no totalmente objetiva, pero como comienzo es inmejorable.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, dumas es uno de mis escritores preferidos,no por su tecnica o por sus personajes ( que dicho sea: no eran totalmente suyos )por el humor y encanto que cada pagina transmite.. y eso es algo que no se puede plagiar.

No se si aun checas estos comentarios, pero sabete que me encanto tu escrito.

Las_insolitas_imagenes_de_aurora@hotmail.com

Si quieres discutir un poco de dudas estaria encantado de que me contactes.

Saludos.

Josue Guitierrez

Jorge dijo...

Gtacias, Josue, por tu comentario.
Uno de estos dias me contactaré contigo por mail. Sigue editando comentarios, que me alientan.